Desde 2011 el Colectivo Cherani construye su propio sistema, que podría ser ejemplo de una forma diferente de vivir juntos, una forma más comunitaria, más responsable, menos capitalista y sin expropiación, en la que a la vez se preserva la memoria colectiva. Su trabajo es de carácter interdisciplinario y emana de las raíces profundas de la cultura purhépecha.
A la isquierda: Giovanni Fabián, Genealogía, autónoma atemporal, 2021. Foto: Cristina Reyes e Pedro Cañas. A la derecha: Bethel Cucué, Kuínikórpusï [Ave de corpus], 2021. Foto: Cristina Reyes e Pedro Cañas Kuínikórpusï, 2021
Uinapikua, 2021. Vista de la instalación en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC). Foto: Oliver Santana
“Estas experiencias logran una práctica política diferente que no depende del Estado, el concepto clave es autonomía.” Así resume la politóloga Pilar Calveiro sus vivencias en Cherán, un pueblo del estado mexicano de Michoacán. La sobreviviente del terrorismo de Estado en Argentina, que vive en México desde que se exilió, observa con interés y fascinación lo que han logrado los habitantes de Cherán: un experimento de autonomía y autogobierno que ha comenzado a desarrollarse desde hace 2011 y que cuenta con el apoyo de artistas como el Colectivo Cherani. Para entender por qué el colectivo interdisciplinario y intergeneracional trabaja en un contexto tan particular, es necesario contextualizar los eventos y acontecimientos de Cherán.
En 2008, varias bandas, los llamados “talamontes”, empezaron a saquear los bosques. En solamente tres años desaparecieron 13.000 hectáreas de bosque y a partir de allí empezaron el tráfico de drogas, los robos y las extorsiones de protección. Hay una doble relación entre la deforestación masiva y el narcotráfico: por un lado, la tala ilegal permite la construcción de laboratorios y carreteras seguras para el transporte de drogas. Por otro, el comercio de madera sirve para blanquear dinero, mientras que en las tierras taladas pueden cultivarse, además, alimentos que se comercializan.
Este desarrollo y la indignación que produjo llevó, el 15 de abril de 2011, espontáneamente a un levantamiento popular. Esto marcó el comienzo de un estado de sitio de casi un año de duración. Luego se formó una milicia ciudadana, responsable de garantizar que no entraran armas al territorio. Un componente central de la organización comunitaria han sido las chimeneas, donde se cocina, se discute y se coordina. Hay algo menos de 200 chimeneas. También se estableció un Consejo de Ancianos que sustituyó al presidente municipal e incluso ha sido reconocido por el Tribunal Supremo Electoral de México. Los miembros del Consejo de Ancianos, llamados k’eris, son doce y desempeñan un papel político central durante tres años. En el segundo artículo, la Constitución mexicana asegura teóricamente a las comunidades indígenas el derecho colectivo a la autodeterminación política, pero los purépechas de Cherán son los primeros en ponerlo en práctica.
Este innovador proceso político basado en la democracia directa fue de la mano de un movimiento artístico, el Colectivo Cherani cuyos miembros fundadores son Giovanni Fabian Guerrero, Alain Silva Guardian, Betel Cucué, Francisco Huaroco Rosas y Ariel Pañeda. Justamente en la cuna del muralismo, se trata de una corriente artística centrada, entre otros, en la pintura mural a gran escala. El colectivo se organiza y trabaja desde la Casa de la Cultura de Cherán lo que ilustra el vínculo íntimo entre movimiento social y trabajo artístico.
Francisco Huaroco, T’arhésïcha no +, 2021. Foto: Cristina Reyes e Pedro Cañas [Cat. 4] T’arhésïcha no +, 2021
El colectivo se organiza y trabaja desde la Casa de la Cultura de Cherán lo que ilustra el vínculo íntimo entre movimiento social y trabajo artístico.
El pueblo de Cherán, como también los y las artistas, rechaza “estructuras que no les sirven”, como dice Calveiro. Construyó su propio sistema que podría ser ejemplo de una forma diferente de vivir juntos, una forma más comunitaria, más responsable, menos capitalista, sin expropiación. Igualmente relevante para este sistema es el hecho de que el arte no funciona sobre la base de instituciones conocidas; no toma forma en museos y galerías. Como ya afirmó Néstor García Canclini en los años setenta, es necesaria una teoría de la relación entre arte y sociedad. El sociólogo del arte plantea que el arte puede ser “una acción en el espacio” y el artista un “diseñador del ambiente”. Pero entonces surge la pregunta: ¿qué es un artista, un activista o un militante? El pueblo de Cherán nos demuestra que, si nos acercamos de ese modo a su trabajo, nos equivocamos. Una posible respuesta viene del idioma purépecha, que desconoce la palabra “artista”.
Los temas que el colectivo relata son claramente políticos, por ejemplo, una parte del mural Uinapikua muestra el rostro del presidente Andrés Manuel López Obrador, frente a media cabeza de un taré, una deidad patrona; abajo se ve la mitad del rostro del exgobernador Silvano Aureoles y se leen palabras como “pueblo” o “respeto” y frases como “no esperes sumisión” , que recuerdan que el presidente no tiene derecho de entrar a Cherán. La pintura gigante de Uinapikua se compone de varios paneles más pequeños, alternativamente impresos, tejidos o construidos con resinas y objetos encontrados. En otra parte del mural aparece la palabra uri, que se refiere a las manos que trabajan o al trabajo creado. Qué acertada descripción: ¿qué son los artistas sino manos trabajadoras?
Ariel Pañeda Macías, Turhipiti [Negro], 2021. Foto: Cristina Reyes e Pedro Cañas [Cat. 2] Turhípiti, 2021
¿qué son los artistas sino manos trabajadoras?
En el caso de Cherán, ayudan a representar, comprender y contar la historia más allá del estado de Michoacán. Desde 2022 hasta 2024 el Colectivo Cherani son Jane Lombard Fellows del Vera List Center for Art and Politics de Nueva York. De este y otros modos, construyen los relatos de un pueblo con conocimientos y saberes propios que ellos no dejan desaparecer. “Hacen a su propio aire un rescate”, dice Calveiro, “lo articulan con lo que necesitan”. Así, nos muestran una visión temporal en la que coinciden el pasado y el futuro de una nueva política posible.
El Colectivo Cherani de Michoacán, México, fundado en 2011, está formado por un grupo diverso de artistas, activistas y creativos que comparten la visión común de utilizar el arte como una herramienta para el cambio social y el empoderamiento de la comunidad. Surgió a partir del levantamiento del pueblo Cherán contra el extractivismo y la deforestación masiva, y asume el compromiso de poner de relieve las voces y luchas de las comunidades marginadas, en particular las de los grupos indígenas.
Hannah Katalin Grimmer es investigadora y curadora. Trabajó en el equipo curatorial del Gropius Bau (Berlín) y fue docente y asistente de investigación en la Universidad de Kassel/ Instituto documenta. Actualmente realiza sus investigaciones de doctorado sobre las relaciones entre artes visuales, movimientos sociales, la memoria y las resistencias en Chile. Vive en Berlín y Santiago de Chile.